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20130709

Curioso record de navegación en paramotor

Por primera ocasión se usó el paramotor para cubrir la distancia entre Varadero y el castillo del Morro, en la capital cubana.
Por primera ocasión se usó el paramotor para cubrir la distancia entre Varadero y el castillo del Morro, en la capital cubana.

Varadero, Cuba.- Los pobladores de esta ciudad balneario cubana fueron testigos de una interesante primicia: por primera ocasión se usó el paramotor para cubrir la distancia entre la playa azul y el castillo del Morro, en la capital cubana. Un hecho que para algunos resultó peligroso, para otros, arriesgado y para no pocos; fascinante.

La iniciativa corrió a cargo del grupo de la Federación Cubana de Vuelo Libre, adscrita al Club de Aviación de Cuba, integrado por el habanero Luis García Rodríguez, el granmense Gerardo Ramos Salgado y el matancero Carlos Antonio Pons Ledesma, los tres; miembros experimentados que dieron alas a una travesía de cerca de 125 kilómetros con punto de despegue en el hotel Tuxpan, en Varadero y aterrizaje en las cercanías del vistoso guardián de la bahía habanera.

En Cuba, el deporte es relativamente moderno, puesto que no hace más de 15 años que se practica ahora como una variante del parapente y aunque resulta caro –y arriesgado, acota el redactor-; la cantidad de adrenalina que dispara bien vale la pena, como lo reseñó Luis García, presidente de la Federación Cubana Vuelo Libre y uno de los pilotos, que confesó además que el empeño llevó un año de preparación.

Ahora, dado a conocer este tipo de práctica en el país, se reconoce que ya lo ensayan 13 clubes y poco más de un centenar de temerarios pilotos.

La experiencia de Varadero conllevó la exhibición de rigurosos conocimientos que van desde la meteorología, el paracaidismo y la mecánica; puesto que la variante de utilizar el paramente con motor, significa aplicar los conocimientos para alzar vuelo desde una llanura, viajar a no más de 800 metros de altura a una velocidad entre 50 y a veces más de 60 kilómetros por hora, solo sostenido del parapente , la pericia del piloto, los instrumentos de navegación, sin soslayar el muy necesario paracaídas de seguridad.

Sin embargo, so pena cursar el mismo destino del desdichado Matías Pérez, los pilotos iniciaron el vuelo minutos antes de las ocho de la mañana y luego de viajar en dúos, con natural apoyo desde tierra y algo más que suerte; aterrizaban sanos y salvos el mediodía en la capital cubana, para contar las emociones del viaje, esas que por razones obvias, no pudo narrar el sastre y toldero portugués, radicado en La Habana, en su segunda y definitiva ascensión, el distante 28 de junio de 1856.

A nivel mundial el récord en paramotor lo exhibe Ramón Morilla, con 1004 km, un vuelo de 14 horas entre Sevilla y las Islas Canarias, realizado en el 2008.

La iniciativa corrió a cargo del grupo de la Federación Cubana de Vuelo Libre
La iniciativa corrió a cargo del grupo de la Federación Cubana de Vuelo Libre

La travesía de cerca de 125 kilómetros con punto de despegue en el hotel Tuxpan, en Varadero
La travesía de cerca de 125 kilómetros con punto de despegue en el hotel Tuxpan, en Varadero

Ya lo ensayan 13 clubes y poco más de un centenar de temerarios pilotos
Ya lo ensayan 13 clubes y poco más de un centenar de temerarios pilotos

La experiencia de Varadero conllevó la exhibición de rigurosos conocimientos que van desde la meteorología, el paracaidismo y la mecánica
La experiencia de Varadero conllevó la exhibición de rigurosos conocimientos que van desde la meteorología, el paracaidismo y la mecánica

Fotos: PRIMERA TRAVESIA EN PARAMOTOR EN CUBA Varadero-Morro Habana

Here are some pictures

PRIMERA TRAVESIA EN PARAMOTOR EN CUBA Varadero-Morro Habana


    1. Como surge la idea? Como sale el proyecto?
Este fue un proyecto que surge dentro de otro proyecto. A decir verdad, siempre me ha motivado regresar al lugar donde aprendí a volar en parapente, a donde estaban mis maestros, Rudlan, Carlos93, mi familia de la Isla de la Juventud, Felipe, Romero. Entonces, al ver las posibilidades que me brindaba el paramotor para una travesía, empecé a explorar en google earth y tuve la fantástica (tal vez loca) idea de volar en paramotor desde Batabano a la Isla.
Primero pensé que debía entrenar y probar las posibilidades reales de mi equipo y las mías propias. Como ya había hecho una pequeña travesía desde el Hotel Itabo en playas del Este hasta el Morro, me dije, porque no hacer esa misma ruta 6 veces en un solo vuelo?  Luego, revisando el mapa y la costa norte de Cuba, entonces calculé la distancia desde Varadero al Morro cuantos kms habían y resulta que era prácticamente la misma entre Batabano y la Isla. Fue ahí que me lance a esta aventura: unir 3 provincias por toda la costa norte, Matanzas-Mayabeque-Habana y sobre todo, que mejor momento que en el inicio del verano en nuestro país, donde toda esa costa significa mucho para las vacaciones de la población de estas 3 provincias.
Hice el proyecto, analicé posibles aterrizajes y despegues intermedios, contacté al director de aeronavegación del IACC y al Jefe Nacional de Transito Aéreo. Propuse también la idea a los directivos el CAC y todos me apoyaron en ello.
El periodista deportivo Ernesto Ruiz Ramos  es mi vecino y le comenté lo que pretendía hacer y se entusiasmó muchísimo con el proyecto. El organizó todos los contactos con la prensa y la TV tanto en Matanzas como en la Habana.
    2. Entonces, el tema Logística.
Presenté el proyecto a Carlitos, de Matanzas y a David, aquí en la Habana y les encantó. A Osmel, nuestro mecánico, le hablé de preparar los equipos y me dijo que él no se quedaba afuera.
Carlitos resolvió el combustible de los paramotores y el de la camioneta, además de un colega de la Cruz Roja, quien por tierra, garantizaría los primeros auxilios, con todo el material disponible. Luego me enteré que también había alertado a la unidad de superficie de guarda fronteras de la Bahía, para asegurar también 1ros auxilios en caso de caída al mar.  
En la camioneta llevamos 3 paramotores: 1 tándem, el MZ34 y 2 monoplazas, el Vittorazi y el Ros125, ambos de la firma PAP. Las velas, fueron  la Mistral 5 de Swing (bandera cubana), la Eagle de Firebird y la Tucan (tándem), además de la vela de Carlos.  
Salimos el viernes en la madrugada. David me llamo que no iba debido al tema de pronósticos meteorológicos desfavorables para el sábado y domingo. Entonces salimos Osmel  y  Piñeiro (piloto de Pinar del Rio y Jefe del Club de parapente allí) en la camioneta con todos los equipos y yo en el carro del trabajo. Carlitos se incorporó en Matanzas.
Para el fin de semana estaría garantizado el alojamiento de Piñeiro y Osmel en el Aeroclub de Varadero.
    3. En Varadero, viernes 28, un día antes de la travesía.
Al llegar al aeroclub, nos estaban esperando. Teníamos previsto un ensayo de salto en paracaídas desde un paramotor y los paracaidistas allí querían ver los paramotores en acción.
A las 02h00 pm Conferencia de prensa, organizada desde la Habana por Ernesto en el Hotel Tuxpan con la Jefa Comercial del Hotel Lilien Ruiz.
En la mañana hice el 1er vuelo de pruebas del Ros125 con la vela Eagle. Todo fue muy bien. Carlos me siguió con el Vittorazi y sin querer, apago el motor y tuvo que aterrizar en la pista. Al intentar arrancarlo de nuevo, el yoyo de arranque se puso de baja. Osmel me daba una mala noticia, el Vittorazi estaba definitivamente de baja.
Allí en el aeroclub estaba el Chino (Gerardo) de Granma que se unia al team nuestro para el ensayo del salto en paracaídas. El chino voló con el Ros125 y su vela de acrobacia e hizo algunas barrenas y SAT delante de todos.
Ya a las 13h30 estábamos en el Hotel Tuxpan para la conferencia de prensa. Comenzamos a las 14h30 esperando la TV de Matanzas que nunca llego. Explicamos los detalles del proyecto y luego hicimos una exhibición en la playa del hotel, de los equipos. Yo volé con la bandera cubana y el chino voló el tándem con Carlos de pasajero. Desde allí estaba ya escrito que haríamos la travesía con el monoplaza y el tándem y los pilotos seriamos Carlitos de Matanzas, el Chino de Granma y yo de la Habana.
Desde allí fuimos volando hasta el aeroclub y con viento del Noreste llegamos en apenas 8 minutos, una distancia de 10km aproximadamente.
En la noche, malas noticias, el sábado y domingo, días aprobados para la travesía, se anunciaban con vientos del sur sureste y el domingo, los vientos eran fuertes. Ello, sin hablar de la lluvia, que era segura a partir del mediodía. Nos reunimos allí en el aeroclub y decidimos vernos en el Tuxpan, lugar previsto de la salida, a las 06h00am.
    4. Sábado 29, día de la travesía.
A las 06h00 am todos estábamos en el Tuxpan. 15 minutos más tarde, llegan los periodistas de la TV de Matanzas y nos bombardean a preguntas. Pasan los minutos y los muchachos se dan cuenta que la vela del tándem la habían olvidado en el aeroclub. Ahí salió Osmel con mi carro a buscarla.
Mientras esperábamos, el viento seguía soplando del Sur, Suroeste. Yo estaba desesperado por salir y los muchachos se antojan que hable con la comercial del hotel para un desayuno.
Al final llegan el desayuno y la vela, ya eran pasadas las 07h00am y muevo a todos para irnos para el lugar del despegue. Lamentablemente no podía ser desde las playas del Tuxpan. Tuvimos que movernos para el área del Quijote, a 1km antes, aproximadamente, del Tuxpan. Entonces decidimos que al despegar, regresaríamos volando hasta el Tuxpan y desde allí comenzaríamos la travesía.
Sacamos todo los equipos y los preparamos. Le digo a Carlitos, que iría de piloto del tándem, que despegara 1ro ellos y yo iba atrás. Me informa Osmel que el paramotor del tándem tiene problemas en el arranque y seguía la espera. Ante aquella situación, decido despegar yo y no demorarme más, sabía que la meteorología se iría complicando durante el día.
El despegue, perfecto, giro de 180° hacia el hotel Tuxpan y al regreso, paso bajo para saludar a la gente en tierra y anunciarles que iba rumbo al Morro, a la Habana.
15 minutos más tarde despegan Carlitos y el chino. Ya después en tierra, me enteré que nunca regresaron al Tuxpan, se mandaron directo para el Morro los muy cabrones.
    5. Ya en vuelo y rumbo a la bahía de Matanzas
Conecto mis equipos, pongo a funcionar el gps de mi teléfono y veo que la velocidad con respecto a la tierra no pasaba de los 22km/h. Comprendí que la travesía seria larga, los 8 minutos del día anterior para llegar al aeroclub se habían convertido en casi media hora. El viento seguía soplando del suroeste y decidí cambiar mi ruta de vuelo y en vez de volar por toda la costa, volar al lado izquierdo de la autopista y no separarme de ella.
Al llegar a la bahía de Matanzas ya iba con 800m de altitud y me había pegado bastante a tierra, a la izquierda de la bahía, para entonces al cruzarla, aprovechar los vientos del sur y me impulsaran más rápido.
Todo el vuelo desde Varadero y hasta cruzar la bahía de Matanzas fue genial, nada de turbulencias, vuelo tranquilo y descansado y lo peor, muy lento.
Al cruzar la bahía me comunico con Osmel y le digo que había cruzado la bahía y le pregunto por el Chino y Carlitos y me dice que ellos también la habían cruzado. Miro a todos lados y no los veo y cuando miro a mi izquierda y hacia arriba, venían los muy cabrones a más de 1000m pasando a tremenda velocidad. El zorro del chino se había metido bien en tierra y había cogido altura para aprovechar el viento del sur y los llevara de tierra a la costa. Se me fueron delante.
Yo seguía controlando el combustible y mi velocidad sobre tierra. En cualquier nivel de vuelo la velocidad no variaba, iba desde los 17km/h hasta los 22 y en muy raras excepciones, hasta los 25km/h. Avanzaba muy lento y las nubes venían a mi más rápido. Largas calles de nubes por debajo de los 1000m que comenzaban a formarse y presagiaban buenas tormentas en el destino final y el combustible bajaba más rápido.
Ya cuando quedaban 3 dedos apenas de combustible en el tanque llamé a Osmel para precisar donde estaban ellos y comunicarles que aterrizaría para reabastecer. El equipo de tierra, tan eficiente, venia por detrás de mí en la autopista. Yo buscaba un lugar limpio, cerca de la autopista y que no estuviera a sotavento.  La casa de un campesino y un terreno al frente me daban todas las condiciones para el aterrizaje, era un espacio limpio con las dimensiones de la mitad o ¾ de un terreno de futbol y rodeado de árboles, con cables de alta tensión al borde de la autopista. La dirección del viento indicaba que tenía que aterrizar en dirección a los cables de alta tensión y pasar muy pegadito al techo de la casa del guajiro para entrar en mi pista en el inicio y no al final donde me esperaban los cables.  El aterrizaje fue perfecto y enseguida me cayeron arriba los muchachos a revisar el equipo y la vela y prepararlo nuevamente para el despegue. Trabajaron como en los pits de un fórmula uno. Carajo, que solo me dieron tiempo a mear y listo a despegar nuevamente.
El despegue fue exitoso y rápido también. Solo debo decir que cuando estuve buscando desde el aire un terreno para aterrizar, tenía que haber pensado también en el despegue y no se me ocurrió, resultado: aquello estaba bien jodido para despegar. De hecho, mis pies rozaron los copos de los árboles y detrás los cables de alta tensión. Uf, todo salió bien, saludos al equipo de tierra y de nuevo a la lucha. El chino y Carlitos se habían quedado sin combustible y aterrizaron un km por delante de mí y hasta allí llego el equipo de apoyo también.  
Después de alcanzar mi altura crucero y de seguridad, entre los 400 y 500m, me pongo a buscar a Carlitos y al Chino y la camioneta y no los vi. Veo mi teléfono y estaba completamente apagado. Al usar el gps del teléfono, este consumió toda la batería y estaba solo con la indicación del vario, dándome la altura de vuelo. A partir de ahí se terminaron las comunicaciones con tierra, estaba ciego en cuanto a velocidad y dirección, evidentemente tenía que evitar colarme en cualquier nube. Estaba volando por encima del Fraile y Carlitos y el Chino debían estar por allí, pero luego me enteré que habían recogido la vela y el equipo y se trasladaron cerca de un km antes buscando una buena zona de despegue ("al lado de una cafetería") y allí hicieron 5 intentos de despegue y pasaron como hora y media tratando de salir. Lograron despegar a pesar de la gritería de Carlitos diciéndole al chino que apagara el motor por los árboles y las cercas de púas y la decisión del chino de seguir dando potencia para no correr más con el tareco aquel en la espalda. Se fueron para el aire bien incomodos los 2 y rozando todo tipo de marabú y cercas.
Yo seguía en mi vuelo y ya en esa zona, la lluvia se veía por toda la costa, las nubes, blanquitas antes y ahora negras, metían tremendo miedo.  Ya desde ese momento, creo que no solté más los mandos de mi vela hasta llegar a playas del Este. Me alejaba de la costa evitando la lluvia, pero a la salida de Sta. Cruz del Norte me agarró tremendo aguacero. Estaba a una altura de 500m aproximadamente y comencé a bajar hasta llegar a 200m de altura. Debajo de mí no había aterrizaje posible, solo algunas lagunas de oxidaciones bien sucias y contaminadas. Calculé que la nube se movía y venia pasando rápido. Estuve alrededor de unos 10 minutos bajo la lluvia y las gotas de agua inundaban mi cokpit y bajaban por las cuerdas de mi parapente. Ya, a la salida del punto de control, antes de llegar a Guanabo, venia saliendo de la lluvia, pero las calles de nubes se mantenían. Fue el momento mas critico que tuve en vuelo.
Al entrar en Guanabo, bajé hasta los 150m de altura y me mantuve por toda la costa hasta playa del Este a ese nivel. Luego, nuevamente subí y me mantuve entre 200 y 250m de altura hasta llegar a la playa del chivo en las cercanías del Morro, donde pasé por encima de los colegas del CAC, de la prensa y los amigos del club nuestro de vuelo libre a unos 100m y seguí volando hasta el faro del Morro, que era la meta. Di una vuelta al faro y regresé al aterrizaje, donde increíblemente, el viento había cambiado y venía con componente del noroeste.
El aterrizaje fue excelente y enseguida los saludos y las felicitaciones de todos y el placer de haber cumplido uno de los tantos proyectos que tenemos.
Una hora y media después llegaban Carlitos y el chino. Llegaron con buena altura que permitieron al chino hacer de las suyas con una barrena cerrada y oír los gritos de Carlos. Venían delante de una buena tormenta que no los atrapó de milagro. Ellos no siguieron hasta el faro del Morro y decidieron aterrizar directamente en el terreno donde estábamos.

    6. El regreso
Pues nada espectacular, todos en la camioneta y en la cama de atrás bajo una fuerte lluvia donde llegamos mojados de pie a cabeza.
Por supuesto que no quedo un Cupet o cafetería en el camino donde no paráramos a festejar el vuelo con unas cervezas.
Al final de la película, se nos rompió la camioneta en Matanzas, la correa de los agregados se partió y terminamos llevándola para la Habana el domingo a las 2 de la mañana.
    7. Estadísticas del vuelo monoplaza
Fecha 29/06/2013
Hora del Despegue: 07:42 am
Duración del vuelo: 02:53
Hora de Aterrizaje: 10:35 am
Máxima Altura 1115 m
Distancia desde el despegue (una línea recta del despegue al aterrizaje de reabastecimiento): 63.90 km
Máxima ascendencia 4.6 m/s
Máxima descendencia 4. m/s


Hora del Despegue: 10:55 am
Duración del vuelo: 1:32
Hora de Aterrizaje: 12:27 pm
Distancia desde el despegue (del despegue al aterrizaje): 56.37 km


Totales:
Distancia recorrida: 120.27 km
Tiempo de vuelo: 04h25
Tiempo de reabastecimiento: 20 minutos
Participantes:
Pilotos:                                           Grupo de apoyo:
Carlos Pons                                   Osmel Doblado (mecánico)
Gerardo (el chino)                       Piñeiro
Luis García                                    Álvaro (Paramédico)