es cuento que acá cuando llega el verano, el calor se manda y hasta se puede freir un huevo en la cabeza de un calvo.
Es precisamente donde se disparan los techos y en muchas zonas, se puede ascender a más de 1000m. Estos techos son muy usuales en Santiagode Cuba, Guisa, Holguín, en Villa Clara y hasta en la Isla de la Juventud, donde no es an usual, pues es una Isla al sur de Cuba y la zona de vuelo queda cerca del mar, a unos 6km del mar, pero cuando el viento viene del este, entra mucho más de tierra y allí mismo se dan techos altos.
En Santiago de Cuba, mandarse más de 1000m, es como coser y cantar y se vuela bien térmico al igual que en Guisa la cual está más tierra adentro y se disparan más altos y aqui me mando un relatillo de una vez que descubrimos una nueva zona en Guisa. Esto puede ser largo, así que ponganse cómodos.
Hace un par de años me fuí a Guisa con un amigo de Suecia, Thomas Krainer y conversando con un campesino local, nos comentó que había una loma donde se podía llegar en auto y ante esta prerogativa, no dilatamos más la cosa, hablamos con el chofer de un camión que iba para la zona y le pedimos que nos llevara y despues nos pasara a buscar y por un buen precio el hombre accedió.
Cuando le contamos a los pilotos locales, se mostraron un poco escepticos y solo se nos unieron dos. Nos tomó mas de hora y media, llegar al lugar, recorriendo caminos de tierra, subiendo y bajando lomas.
El paisaje circundante era sobrecogedor. Una naturaleza exuberante nos rodeaba y el canto de las aves, era el sonido rey en toda esa campiña de monte (bosque, jungla o mucha maleza) y montañas, solo perturbado por el estridente ruido de nuestro transporte.
Durante una parte de la travesía, hubimos de hacer una parada en una intrincada zona donde el chofer fue hasta un bohío (Cabaña de campo, rustica y hecha de tablas de palma y cobijada(techada) con las hojas de la misma palma) para entregar un encargo de alguien del pueblo.
Ahí aprovechamos y nos demontamos del camión y Thomas, europeo al fin, tenía tremenda cara de cumpleaños y casi se le salía la baba, a causa del paisaje y su riqueza y no le sacaba el dedo al obturador de la cámara. Yo que siempre ando investigando -pa no decir que de chismoso- je je, me fuí a por un paseito bien corto y esto pagó sus frutos y de forma literal.
Dentro de un montecito cercano, encontré una mata (Arbol) de mangos. Imaginense ustedes, me dieron por la vena 'el gusto. Le pegué par de gritos a Chavez y Alexei (pilotos locales) y una vez que llegaron a donde yo estaba ya yo había trepado en la mata. Cuando me vieron allá arriba me dijeron que tuviera cuidado, pues si me caía, me iba a romper la crisma y yo que ya me la había roto cuando era chico, así que ya no me tocaba.
Les pedí a los dos que fildearan los mangos que les iba a lanzar, para que no cayeran al suelo y se rajaran (abriera grieta) y cuando lo dije, ya Chaves y Alexei estaban subidos en la mata también. Así pues, no quedó más remedio que comernos los mangos, sentados en las ramas y aquello parecía el paraíso. Un Sinsonte (Pajaro cantor, que imita el canto de otras pajaros y que se aparea en vuelo) estaba entonando su repertorio completo. Ya se me había olvidado el vuelo, el camión y el sueco Thomas, quien apareció entre los arbustos mascullando un lenguaje que no había quien lo entendiera, nada más que el mismo. Empezó a llamarme y nosotros le lanzamos una semilla de mango a los pies y pegó un brinco que se cagó del susto je je. Cuando miró a la mata de mango y nos vió allá arriba, pues como era de esperar, se calzó nuevamente la cara de cumpleaños y encendió la cámara de video, para filmarnos y yo pensé "Capaz que este llegue a suecia y enseñe estos videos y los próximos pilotos que vengan, en vez de ofrecernos las manos a modo de saludo, nos ofrescan bananas frescas je je je.
Ahí mismo le dije que se preparara a fildear algunos mangos que le lanzariamos y el muy animal, pretendió filmarlos mientras se los lanzabamos. Ya se pueden imaginar, el primero le dió en la cabeza, protestó en sueco y yo le grité en español "la tuya por si acaso" je je. Los dos siguientes cayeron al suelo y ahí decidió dejar la cámara a un lado, para capturar los otros. Decididamente, el amigo Thomas era mejor capturando mangos, mientras los filmaba.
Así le lanzamos unos cuantos y Chavez se bajó de la mata y termino de capturar los que le lanzaríamos, mientras Thomas volvía a tomar su cámara en ristre para filmar.
Ahí sentimos la bocina del camión, quien nos apremiaba y bajamos de la mata, recogimos (tomamos, agarramos) los mangos y salimos al camino y nos subimos al camión.
Thomas no encontró el trillo (sendero estrecho) que habíamos abierto y salió de la maleza, que parecía se había enmascarado de francotirador je je je.
Seguimos viaje y esta vez nos ibamos dando un tremendo atracón de mangos en el que participo activamente Thomas, mientras se pasaba la mano por la cabeza, cada vez que cogía uno para comerselo je je je.
Cuando llegamos a la zona que nos había comentado el campesino, nos desmontamos y el chofer del camión nos presentó a un campesino del caserío y despues de tomarnos un cafesito en su bohío nos llevó a ver el posible despegue y durante el corto trecho entre el bohío del campesino y el supuesto despegue, la mezcla de mango con café, empezó a hacer efectos en Thomas y en mi (Chavez y Alexei no tomaron café) y tuvimos que salir a buscar maleza, pa' soltar lastre je je je.
El resto de la comitiva nos esperó y cuando llegamos al despegue, esta vez todos pusimos cara de cumpleaños. Aquello era lo máximo. Teníamos al frente un vallecito, circundado por montañás má bajas que la nuestra y ya las auras tiñosas estaban volando y gozando la papeleta. El despegue no podría estar mejor preparado y el campesino nos comentó que pensó en sembrar en ese lugar, pero desistió por la proximidad hacia la ladera y finalmente creció en el lugar una hierba baja, que estaba pa chuparse los dedos. La ladera se extendía a ambos lados, unos 100m, espacio más que suficiente.
Golpeaba una brisa suave 12-16km/h, justo de frente y ya se sentía un calor de tres pares, o sea, todo listo y "la peste al último".
El primero en salir fue Chavez con su EDEL Racer y no tuvo que hacerle ni un solo pase a la ladera. Iba pa'lante y pa'rriba, con muy buen régimen de ascendencia. Ahí se armo más corre corre para despegar je je. Salió Alexei en su Alazán (de no sé que firma) y la misma historia que Chavez.
Cuando yo ya estaba listo, el sueco me miró con cara de "yo no rompí el plato" y entendí que no debía dejarlo solo, así que recogí el trapo en coliflor y me desenganché todo el "arreo"
Lo ayudé a abrir la vela, en lo que el se ponía el arnés. Cuerdas desenredadas, ninguna banda torcida: todo listo. Thomas se engancho preinfló su Dragon-2 de Independence, infló y el muy desafortunado despegó fuera del siclo térmico y tuvo que darle mucha vuelta a la ladera hasta que trabó algo.
Para ese entonces, yo ya estaba listo con el trapito que volaba en ese momento, una V-Max DHV-3 de PERCHÉ. Me llené de paciencia, esperé la entrada de otro siclo térmico y cuando despegué se repitió la historia de los dos primeros. Mientras me iba separando de la ladera y subiendo localicé a cada piloto y en cuanto el vario me pitó un jugoso+4, le empecé a hacer rosca a aquella termica que me mandó a más de 1000m sobre el aterrizage. Imaginense ustedes, primera vez en aquella zona y ya me mandé a los 1000. Estaba tan contento, que no me cabía ni una aguja a martillazos.
Mis compañeros volaban más adelante y ante la certeza de que si soltaba la que tenía encontraría algo allá donde ellos giraban, pues me fuí a unirmeles. Aquello estaba que parecía una olla de presión, el valecito estaba tirando por todas partes y fuerte. La gente estaba alto y por consiguiente; contentos.
Chavez me gritaba "Esto está bueno fiera" y Thomas cantaba "Wings of love" de los Olsen Brothers.
Muchas veces tuvimos la idea de salir de travesía, pero como no conocíamos bien la zona y además teníamos la garantía de que en dos horas el camión nos recogería en Los Horneros (caserío cerca de la zona de aterrizage) pues era mejor quedarse gozando la papeleta allí, en vez de tener que caminar un tongón de kilómetros en medio del monte.
Así pues en ocaciones nos remontamos a más de 1200m y esto amigos; sucedió en Diciembre, o sea invierno y no la mejor temporada de vuelo. Imaginense como se pondra eso en verano.
Volamos todo lo que nos dió la gana, gozamos la papeleta y cuando aterrizamos, aquello era una verdadera fiesta, todos estabamos contentos y nos abrazabamos, mientras tanto llegaban corriendo a to' meter, los fiñes (niños) de la zona, los que se quedaban con cara de ¿What? y supongo que cuando nos escucharon hablar en Iglés con Thomas, habran pensado que eramos marcianos, solo les faltó preguntarnos de que planeta veníamos. Cuando empezamos a plegar. ellos se quedaron mirandonos atentamente y enseguida les pedí que me ayudaran y les fuí enseñando como hacer y una vez que terminamos, aquel fiñe caminaba con mucho orgullo, entre sus amigos.
Así Thomas, Chavez y Alexei les pidieron al resto que les ayudaran y la mayoría quería ayudar al marciano (ya nosotros les habíamos hablado en español)
Después de recogerlo todo nos encaminamos alcacerío y por el camino hablamos del calor que teníamos y uno de los niños nos dijo que cerca había un riachuelo que corria entre árboles. Así que ni cortos ni perezosos nos fuimos a refrescar.
Algunos de lo fiñes nos acompañaron al riachuelo y otro salieron corriendo a sus casas. Un rato después de estar en el riachuelo, llegaron los fiñes que se habían ido y esta vez regrezaban con sus respectivos papás y mamás y estos traían masitas de puerco (cerdo) fritas y chicharrones (pequeños pedazos de la piel con grasa del puerco, fritas) servidas en hojas de mata de plátanoy jugo fresco de mango. aquello no podía terminar mejor, que de esa forma. Comimos y conversamos con nuestros anfitriones, que no paraban de decirnos que estabamos locos y el sueco no soltaba la cámara.
Al rato llego el camión, nos subimos a el y nuestro anfitriones nos espidieron y una vez que arrancamos, los fiñes iban corriendo detras del camión y diciendonos adiós moviendo sus manitas sucias.
Durante el camino de regreso nadie habló y todos llevabamos aquella expresión en el rostro, como cuando unos termina de hacer el amor y la pasó rebien.
Cuando llegamos a Guisa, los que se quedaron, nos bombardearon a preguntas y se arrepintieron de no haber ido. Nosotros en cambio, agregamos un hermoso recuerdo a nuestras vidas.
Bueno gente, como les advertí antes, me extendí bastante. Creanme que no podía ser más corto o perdería todo el encanto. Solo espero no haberlos aburrido.
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